7 tips necesarios para que estés preparado para la llegada de tu primera planta de interior o exterior

Tener tu primera planta de interior o de exterior requiere de cuidados y atención.

En este artículo te daremos 7 tips necesarios para que estés preparado para la llegada de tu primera planta de interior o exterior. Queremos ayudarte en este mundo de las plantas que sin duda traerá muchos beneficios a tu hogar.

1. Cuánta luz recibirá:
Las plantas de interior, son en su mayoría tropicales, cómo por ejemplo el Manto de Eva, por lo que sus lugares ideal son los de semi sombra, ya que la mayoría se ve afectada por la llegada de sol directo.

Cuando hablamos de semi sombra nos referimos a un lugar bien iluminado y con sol de manera indirecta.

2. Cuál es la temperatura del espacio donde estará tu planta:
Para este punto es importante tener en cuenta que la temperatura no es la misma en invierno y verano. Hay algunas plantas que sufren con el frío del invierno, y otras con la sequedad del ambiente en el verano, como también hay plantas resistentes a los cambios de temperaturas.

Entonces si tu lugar es muy frío, algunas plantas como Fidel (Ficus Lyrata) o Pepa (Peperomia Caperata) podrían tener algunas complicaciones. Te recomendamos tenerlas en un lugar donde las variaciones de temperaturas no sean muy altas para que así crezcan lindas y sanas.

3. Corrientes de aire:
Muchas de las plantas de interior como dijimos en el punto anterior son sensibles a los cambios de temperatura, por lo que ubicarla en estas condiciones podría ser fatal para sus hojas. Para esto te recomendamos simplemente ubicar tu planta en un lugar donde tenga ventilación pero no le llegue de manera directa el aire.

Hay plantas como Susan, la Sansevieria, que no se ve perjudicada por este factor, y otras como Bill, el Ficus Benjamina, que sí se estresa con corrientes de aire.

4. Si es que no estás tanto tiempo en tu casa:
Uno de los principales problemas cuando tenemos una planta de interior o una planta de exterior, es que hacer cuándo no estamos en nuestra casa, nos vamos de vacaciones, o si es que simplemente se nos olvida regar.

En el caso del invierno esto no sería mayor problema ya que la cantidad de riego que nuestras plantas necesitan disminuye. Sin embargo, en el verano, y con el calor, los requerimientos de agua y de humedad de nuestras plantas aumenta.

Para esto hay 3 opciones:

– Usar un macetero autorregante, ¡la solución ideal! Aprieta aquí para verlos.

– Si es que salimos de vacaciones, regar con más agua y dejar la planta en un lugar más fresco y sombrío para que dure la humedad.

– Encargarle tus plantas a algún vecino.

5. Cuándo regar tu planta:
Generalmente los primerizos en el mundo de las plantas se rigen por los días que han pasado desde el último riego, pero la verdad es que el factor más importante es que la tierra se seque entre riegos.

Dependiendo el porte del macetero es la profundidad que debes chequear antes de regar tus plantas de interior o exterior: en maceteros sobre 30 cms, la tierra tiene que estar seca entre 5 a 6 cms aproximadamente. Mientras que en maceteros menores a 30 cms, la profundidad de tierra que debes chequear tiene que ser más o menos entre 3 a 4 cms.

Aunque hay plantas de exterior y de interior que prefieren mantener su tierra húmeda, algunos casos son Héctor, nuestro helecho, una planta resistente y fácil de cuidar o Mowgli, nuestro manto de eva, que entra en la categoría de plantas tropicales.

6. Cada cuánto regar:
Esto dependerá del macetero y también de tu planta de interior o exterior. Lo que sí podemos decir es que siempre es mejor que falte agua a que sobre. Ya que una planta con sobre riego, se estresará y algunas partes de la planta como sus hojas se mancharán y perderán el color. Mientras que una planta con falta de agua, solo bajará sus hojas: señal de alerta de que necesita un poquito más.

7. Sustrato ideal:
El sustrato de tu planta de interior o exterior, debe ser ligero y será un buen aliado para mantener tu planta resistente, fuerte y sana, ya que los que son muy densos, no permiten que el agua drene bien, terminando por estresar y dañar algunas partes de la planta.